Hielo negro en las carreteras: un desafío para la seguridad vial

Señal de tráfico de peligro por hielo en la calzada

Por Juan Carlos Calvo González, miembro de la Comisión de Seguridad Vial y Movilidad de APCAS

El hielo negro es una de las condiciones más peligrosas en las carreteras durante el invierno. Su formación y características lo convierten en una amenaza silenciosa para conductores y peatones, incrementando el riesgo de accidentes. En este artículo analizamos qué es el hielo negro, por qué es un problema y cómo se pueden mitigar sus efectos desde el punto de vista de la pericia aseguradora.

¿Qué es el hielo negro y por qué es tan peligroso?

El hielo negro es una capa delgada y transparente de hielo que se forma en la superficie del pavimento cuando las temperaturas caen por debajo de los 0 °C. Su nombre proviene del hecho de que, al ser prácticamente invisible, se confunde con el asfalto húmedo, lo que dificulta su detección. Se encuentra comúnmente en zonas sombrías, puentes y carreteras poco transitadas donde el frío se mantiene por más tiempo.

Su principal peligro radica en que los conductores no pueden verlo con facilidad, lo que los lleva a reaccionar tarde o de manera incorrecta ante una pérdida de tracción. Esto aumenta el riesgo de derrapes, colisiones y salidas de la vía, situaciones que pueden derivar en siniestros con consecuencias graves.

Prevención y medidas de seguridad

Desde la perspectiva de la seguridad vial y la pericia aseguradora, la prevención es clave para reducir la siniestralidad relacionada con el hielo negro. Algunas medidas fundamentales incluyen:

  • Conducción preventiva: reducir la velocidad y evitar maniobras bruscas minimiza el riesgo de perder el control del vehículo.
  • Distancia de seguridad: en condiciones de hielo negro, la distancia de frenado se multiplica, por lo que es recomendable aumentar la distancia con el vehículo de adelante.
  • Uso de neumáticos adecuados: los neumáticos de invierno o de contacto mejoran la adherencia en superficies frías y resbaladizas.
  • Tecnología al servicio de la seguridad: sistemas como el Control Electrónico de Estabilidad (ESP) y el ABS ayudan a mantener la tracción y mejorar el control del vehículo.
  • Revisión de condiciones climáticas: antes de viajar, es importante consultar la previsión meteorológica y evitar desplazamientos innecesarios en condiciones extremas.

Detección y actuación en caso de presencia de hielo negro

Para identificar el hielo negro, los conductores deben estar atentos a señales como el brillo inusual del asfalto o la ausencia de marcas de neumáticos en la carretera. Si el vehículo pierde tracción sobre una superficie resbaladiza, es crucial mantener la calma, no frenar bruscamente y realizar movimientos suaves para recuperar el control.

Conclusión

El hielo negro representa un desafío significativo para la seguridad vial, especialmente en los meses de invierno. La concienciación y la adopción de medidas preventivas pueden marcar la diferencia entre un trayecto seguro y un accidente. Desde la pericia aseguradora, es esencial fomentar la educación vial y promover el uso de tecnologías que mejoren la seguridad en la conducción.

En este sentido, la labor de los peritos es crucial en la evaluación de siniestros relacionados con el hielo negro, ayudando a identificar las causas y mejorar las estrategias de prevención en el ámbito asegurador.

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