La actividad aseguradora es una maquinaria muy compleja, en la que intervienen muchos actores, los cuales deben cumplir a la perfección con su labor para que el seguro funcione adecuadamente. Desde UNESPA no podemos sino reconocer a todos los protagonistas de la actividad aseguradora su continuo esfuerzo hacia la excelencia y la eficiencia.
Y no cabe duda de que uno de los engranajes clave de esa es la profesión de la pericia y la comisaría de averías. Los aseguradores son conscientes de que, sin la participación de unos peritos profesionales y comprometidos con su labor, la actividad aseguradora no podría cumplir con su finalidad correctamente.
El peritaje, efectivamente, es un elemento crucial para el asegurador, como pieza elemental en la gestión del siniestro, aspecto crítico y razón de ser de la actividad aseguradora. Y es que el asegurador adquiere el compromiso con su cliente de, en caso de siniestro, darle una respuesta adecuada. Adecuada no sólo en términos de la magnitud de la indemnización pagada o el servicio prestado, sino también respecto al tiempo empleado para ello. Ambas cuestiones recaen de manera directa sobre la labor pericial.
“El peritaje es un elemento crucial para el asegurador, como pieza elemental en la gestión del siniestro, aspecto crítico y razón de ser de la actividad aseguradora”
Una labor discreta, pero no por ello menos importante, a veces poco destacada y que, como acabamos de indicar, permite a las entidades aseguradoras cumplir con sus objetivos de gestión de los siniestros de forma eficiente. El perito, empleando sus conocimientos y experiencia, determinará correcta y eficazmente la causa del siniestro, lo que permitirá valorar si éste está cubierto por el contrato de seguro, así como la valoración de los daños causados.
Cabe también destacar la relevancia de una buena gestión pericial en otros aspectos relacionados con la gestión del siniestro, como es la lucha contra el fraude. En un mundo como el nuestro, en el que las herramientas digitales y la tecnología están ganando terreno a pasos agigantados, la participación de los peritos en la detección e investigación de posibles usos fraudulentos del seguro sigue siendo, como continuamente nos demuestran las estadísticas, un factor de primer orden para los aseguradores. Sirva como ejemplo las noticias recientes que hemos podido ver en los medios, relacionadas con el uso de inteligencia artificial para simular daños en vehículos.
Se trata, por lo tanto, de una profesión necesaria, dotada de un gran futuro no exento de retos que, estoy segura, la pericia sabrá afrontar con éxito y garantías por su parte.
| Esta tribuna se publicó originalmente en el número 100 de Pericia.