A pesar de que en nuestro país se producen menos accidentes de circulación nocturnos que durante el día, el número de fallecidos y de heridos graves es proporcionalmente superior. La somnolencia, los deslumbramientos y la «hipnosis de la carretera» se apuntan como principales causas.
Los datos sobre los accidentes ocurridos durante las horas nocturnas en las calles y carreteras españolas son más que preocupantes. En la última década de la que se tienen datos, entre 2013 y 2023, se produjeron más de 276.000 accidentes de diversa índole en los tramos horarios sin luz natural.
Y si hay algo que preocupa, aún más, de esta siniestralidad, es el número de fallecidos. En horario nocturno las víctimas mortales de accidentes de tráfico entre esos años alcanzan un total de 6.500, con un incremento entre 2013 y 2023 del 24%.
Se trata de datos extraídos del estudio ‘Conducción nocturna: riesgo, accidentalidad y percepción de los conductores españoles (2013 – 2023)’, elaborado por Fundación Línea Directa, en colaboración con FESVIAL.
A pesar de que los fallecidos en accidentes nocturnos representan un tercio del total, estos accidentes registran un 55% más de fallecidos, proporcionalmente, que los accidentes diurnos
Accidentes letales
Llama también la atención el hecho de que, a pesar de que los fallecidos en accidentes nocturnos representan un tercio del total, estos accidentes registran un 55% más de fallecidos, proporcionalmente, que los accidentes diurnos. Ocurre algo similar en lo que respecta a los heridos graves, que son un 10,5% más que los registrados en accidentes que ocurren de día. Además, entre 2013 y 2023, más de 1.500 peatones y más de 1.300 motoristas perdieron la vida en accidentes nocturnos, lo que supone el 24% y el 20% del total de fallecimientos.
Entre los factores que influyen en esta siniestralidad nocturna se destacan algunos como la somnolencia, causante de accidentes muy graves; los deslumbramientos, que pueden provocar una pérdida de control del vehículo durante mucha distancia; la «hipnosis de la carretera», que produce una mecanización de la conducción que ralentiza la actividad cerebral, o las habituales imprudencias. Junto a ello, el informe destaca la disminución del campo de visión, que se reduce un 20%, afectando, entre otras capacidades, a la percepción de la velocidad, la identificación de las señales y la visión periférica y de profundidad.
Perfil del conductor
Según el estudio, el perfil medio del conductor que es víctima de estos accidentes corresponde a un varón de 38 años, con casi 20 años de experiencia al volante, y que viaja a bordo de un turismo de entre 10 y 15 años de antigüedad, sufriendo el accidente en vía urbana (en el 78% de los casos). No obstante, los accidentes en vías interurbanas, a pesar de ser menos frecuentes, presentan un índice de mortalidad mucho mayor debido, principalmente, a la velocidad.
En cuanto al ámbito temporal de los accidentes nocturnos, estos suelen ocurrir, sobre todo, al inicio de la noche (antes de las 00:00), con un 54% de los accidentes, aunque también repuntan al final de ella (a partir de las 06:00), con un 22%. Sin embargo, proporcionalmente, los más letales se registran entre las 3 y las 5 de la madrugada. En cuanto al día de la semana, los momentos más críticos suelen producirse los viernes y sábados (16% en ambos casos), mientras que los meses con más frecuencia accidental suelen ser noviembre y diciembre (14% en los dos meses).
El perfil medio del conductor que es víctima de accidentes nocturnos corresponde a un varón de 38 años, con casi 20 años de experiencia al volante, y que viaja a bordo de un turismo de entre 10 y 15 años de antigüedad
Por tipo de accidente, los más comunes son la colisión frontolateral (20%), el alcance (17%) y el atropello (12%), mientras que los más graves son los despeñamientos, los choques frontales y los atropellos.
En cuanto a tipo de víctimas, las principales son los propios conductores de los vehículos siniestrados, seguido de los pasajeros y los peatones. No obstante, las cifras de fallecimiento son muy diferentes entre los tres grupos de víctimas. Así, en el caso de los peatones la letalidad alcanza el 4,2% de las víctimas en los accidentes nocturnos, frente al 1,6% de los conductores y el 1% de los pasajeros. Esta relevancia se extiende también a los heridos graves, donde la proporción de peatones hospitalizados llega al 15%, por el 7% de los conductores y el 5% de los pasajeros.
En el estudio también se establece un mapa de siniestralidad nocturna por comunidades, siendo Navarra (con el 5,8%) la que refleja el porcentaje más alto de accidentes mortales nocturnos, seguida de Castilla-La Mancha (5,1%) y Castilla y León (4,1%). En el lado opuesto se encuentran la Comunidad de Madrid (1,1%), Cataluña (1,3%) y País Vasco (1,5%). La media, a nivel nacional, se sitúa en el 2,2%.
Los tramos más peligrosos de España para conducir de noche lo encabezan la AP-7, en su paso por Tarragona (km 328-345, 18 fallecidos), la N-340, en Castellón (km 1028-1043, 13 fallecidos) y la A-7 en Málaga (km 167-177, 11 fallecidos)
Asimismo, se recogen los tramos de vías de mayor siniestralidad nocturna. Para ello, se han seleccionado tramos de 20 kilómetros de vías en los que se hayan producido al menos 5 fallecidos durante la última década disponible (2013-2022). De esta información se extrae que los tramos más peligrosos de España para conducir de noche lo encabezan la AP-7, en su paso por Tarragona (km 328-345, 18 fallecidos), la N-340, en Castellón (km 1028-1043, 13 fallecidos) y la A-7 en Málaga (km 167-177, 11 fallecidos).
La opinión de los conductores
El estudio recoge también una encuesta realizada a 1.700 conductores, de la que se desprende que entre las mayores preocupaciones de estos a la hora de enfrentarse a la conducción nocturna se encuentran la falta de visibilidad (para el 33% de los encuestados), los deslumbramientos (21%) y la somnolencia (15%).
Respecto a la falta de visibilidad, el 68% de los conductores reclaman mejorar la iluminación de las vías convencionales, mientras que el 41,5% piden lo mismo respecto a los pasos de peatones. En cuanto a los deslumbramientos, el 88% de los encuestados afirma haberlos sufrido mientras conducían por la noche. Además, el 37% propone prohibir la circulación de ciclistas por la noche en vías convencionales y el 24% hacer lo propio con los peatones.