El pasado 1 de diciembre un autocar que regresaba de Andorra a Hospitalet sufrió un accidente que provocó dos fallecidas y 41 heridos de diversa consideración, 8 de ellos graves, en el Pirineo francés. En el vehículo viajaban 49 pasajeros, incluido el conductor.
Se trata de un vehículo que prestaba un servicio low cost para desplazar y traer de regreso desde la ciudad barcelonesa a Andorra a personas que iban a realizar compras al Principado. El coste de este billete de ida y vuelta -27 euros por persona, según algunos medios- puede ser el motivo de que, en lugar de utilizar la autopista de peaje, el conductor decidiera regresar por una carretera de montaña poco aconsejable.
Un fallo en los frenos
Al parecer, los primeros indicios de la investigación apuntan a un fallo en los frenos mientras transitaba por la N320, a la altura de Porté-Puymorens, como causa del accidente. Según algunas versiones, el conductor se percibió del problema durante el descenso de la montaña, a más de 1.600 metros de altitud, y decidió chocar con la pared de la misma para frenar el vehículo y evitar una caída al vacío.
Sin embargo, la declaración de un testigo a una emisora de radio señala que fue una pasajera -la persona que, además, organizó este desplazamiento-, la que optó por dar un volantazo para que el vehículo chocara contra el talud y evitar su despeñamiento. Sea como fuere, el autobús volcó en esa maniobra. En el inicio del viaje, además, se ha constatado que el autobús sufrió ya una avería mecánica, sin precisar, que puede estar relacionada con la causa del siniestro.
Todo un cúmulo de irregularidades
Se trataría de un accidente más si no fuera porque se van descubriendo, a medida que avanza la investigación, todo un cúmulo de irregularidades. En primer lugar, el autobús circulaba con la ITV caducada más de un año, cuando estos vehículos han de pasar la inspección cada seis meses. Junto a ello, se comprobó que el tacógrafo estaba desactivado en el momento del accidente y, en el control de alcoholemia y drogas que se le hizo al conductor, este dio supuestamente positivo en cocaína, por lo que está acusado de homicidio y lesiones involuntarios.
El autocar es propiedad de la compañía Hispa Travi, aunque estaba alquilado desde hacía cuatro años por Chavi Tours, la empresa que ofreció los servicios, y que se da la circunstancia de que está en quiebra desde el mes de junio y, además, según el Ayuntamiento de Hospitalet, no tiene tampoco licencia de garaje en la ciudad. Al menos se sabe, por informaciones de la empresa propietaria, que el vehículo contaba con el seguro obligatorio.